¿Qué se estudia para ser bailarín?

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El ser humano siempre ha sentido la necesidad de expresarse a través del arte, de las diferentes disciplinas que lo conforman. La música, la pintura, la fotografía, la literatura, y también el baile o la danza, seguramente una de las primeras formas de expresión que nuestra especie desarrolló. Se sabe que nuestros antepasados solían tener danzas rituales que llevaban a cabo en los momentos más importantes de sus vidas, al casarse, al tener hijos, al realizar ofrendas a sus dioses… Aun hoy nos queda ese remanente en muchas celebraciones, donde el baile, ya adaptado a nuestros tiempos, es uno de los puntos primordiales del evento. Y desde luego, son muchas las tribus que siguen realizando este tipo de danzas tan especiales y significativas, como un legado de sus más antiguos antepasados. El baile es una forma de expresión y de emoción, pero también puede ser una vocación.

Y es que llegar a ser bailarín no es precisamente fácil, ya que como cualquier otro trabajo relacionado con el arte y la cultura suele estar rodeado de mucha competitividad, precariedad y sacrificio. Una cosa es que nos guste bailar, que disfrutemos moviéndonos al compás del ritmo de una canción, divirtiéndonos con nuestros amigos y dándolo todo en las pistas de los boliches. Pero dedicarse profesionalmente al baile requiere una implicación absoluta que, en muchos casos, se hace casi imposible, sobre todo para personas jóvenes que deben dejar atrás muchas cosas para conseguirlo. Aun así, si el baile es tu verdadera pasión y tienes claro que quieres dedicarte a ello y convertirlo en tu forma de vida, aquí te vamos a dar algunos consejos sobre cómo conseguirlo, sobre qué tipo de estudios debes realizar para estarlo mejor preparado posible a la hora de afrontar un reto tan grande.

Escuelas de formación en Argentina

Como ya sabrás, existen muchísimas disciplinas dentro de la propia danza, desde el baile moderno, acompañando a las músicas más actuales y urbanas, hasta la danza clásica, como el ballet, que sigue teniendo hoy mucho predicamento. Acá en Argentina podemos presumir de tener muy buenos bailarines y bailarinas, que han estado por todo el mundo demostrando su gran talento, y  han sido formados en las muchas escuelas de danza del país. Desde el Estudio de Danza y Arte Reina Reech en Buenos Aires al Euforia Dance Estudio en la ciudad de Córdoba, estas escuelas proponen un aprendizaje combinado de diferentes disciplinas de baile, para que el bailarín tenga una formación completa y pueda manejarse en diferentes estilos.

Hay escuelas de danza a lo largo y ancho de todo el país, algunas centradas en la formación para los más chicos, afianzando las primeras lecciones para que al crecer puedan solicitar su admisión en alguna escuela de danza para mayores y completar así su formación. Entrar en una prestigiosa escuela de danza no es sencillo, ya que las plazas son muy escasas y hay muchísima competencia. Sin embargo, con tesón y mucho esfuerzo se puede conseguir cualquier cosa, y eso es lo que tienes que pensar cada vez que vayas a ensayar. Estás preparándote para tu futuro, igual que un deportista profesional tiene que entrenar todos los días. El esfuerzo traerá su recompensa cuando puedas dedicarte profesionalmente a lo que te apasiona de verdad.

¿Cuántos años se estudia para ser bailarín?

No hay una estimación exacta de cuánto puede durar la formación de un bailarín, porque de hecho, la mayoría de profesionales siempre apuntan a que lo mejor es seguir formándose y estudiando durante toda la carrera profesional dentro de la danza. En las Escuelas de Danza oficiales se suelen estudiar entre cuatro y seis años de carrera para convertirse en un bailarín profesional. A esto debemos sumarle todo lo que esa persona ha tenido que estudiar previamente, la formación básica y primaria, que puede ir desde los tiernos cinco años hasta comenzar más tarde, ya con diez u once. La vocación llama a cada cual en su momento, así que no todos tardarán lo mismo en convertirse en bailarines profesionales.

Formación complementaria

Llegar a ser un buen bailarín es complicado, porque se requiere de mucho esfuerzo y mucho estudio, pero a veces ni siquiera vale con eso. Hay personas que se forman en otras artes y disciplinas relacionadas para tener una formación mucho más completa y poder destacar sobre su posible competencia. Es habitual, por ejemplo, que un bailarín también de clases de interpretación, para tener la posibilidad de manejarse como actor en un momento dado. Por supuesto, la formación musical también es esencial para un bailarín, porque no se trata solo de sentir la música, hay que entenderla y conocer de dónde viene eso que estamos bailando. Esa formación complementaria nos sirve muchas veces como aporte de calidad para conseguir un trabajo.

Ser profesor de baile ¿qué se debe estudiar?

Una de las salidas profesionales más habituales para aquellos que estudian Danza es convertirse en profesores, y enseñar a las nuevas generaciones todo aquello que han aprendido. Pueden hacerlo mientras se dedican profesionalmente al baile, por su cuenta, abriendo una escuela de danza para seguir con la formación, o directamente, empleándose como profesores en alguna de esas escuelas o centros en donde se dan clases de baile y danza. Es imprescindible haber estudiado la carrera de Danza y tener el título oficial de bailarín para poder desempeñar esta función de la manera más eficiente y correcta. Hay algunos que empiezan cuando todavía no han terminado su formación, pero igualmente están dentro de ese mundo desde hace tiempo.

Tras la obtención de ese título ya estarías preparado para abrir tu propia escuela de baile, o trabajar en cualquiera de las que necesite a un profesor en alguna de sus disciplinas. Muchos bailarines que quieren convertirse en profesores profesionales de danza llevan a cabo también algún curso sobre pedagogía, sobre enseñanza, para entender los mecanismos necesarios para dirigir una clase, para saber conectar con sus alumnos y compartir todo ese conocimiento que llevan dentro. Y es que no es lo mismo saber bailar que saber enseñar a bailar. Hay bailarines excepcionales que luego, como profesores, fracasan estrepitosamente por no sabe entregar esos conocimientos. Lo importante es sentir tanta pasión por la enseñanza y la vocación como por el propio baile, y considerar que estamos ayudando a muchos a cumplir el sueño de salir a un escenario a bailar, el mismo que tuvimos nosotros hace tiempo.