Bandas sonoras y su importancia en el cine
Dicen que cuando Alfred Hitchcock creó su obra maestra de 1960, Psicosis, hizo un pase previo para algunos amigos y conocidos, algo habitual en aquellos tiempos, para comprobar cómo funcionaba la película. Todos quedaron maravillados y sobrecogidos con el giro final, y Hitchcok salió de allí satisfecho… o casi. Su mejor, Alma, que además era la persona en la que más confiaba en lo que a decisiones fílmicas se refiere, le comentó que le faltaba algo a la película. No tenía música, y eso era algo que había que arreglar. Cuando Hitchcock volvió a repetir el mismo ritual poco después, ya con la partitura definitiva compuesta por su amigo Bernard Hermann, Alma le dio una más que calurosa aprobación. La última pieza que faltaba en aquella obra maestra ya estaba colocada.
El propio Hitchcock reconoció tiempo después que buena parte del éxito de la película residía precisamente en la banda sonora de Hermann, seguramente su mejor trabajo para el cine. Y es que hasta un director de la talla del británico sabía que por más buena que fuera una escena, con la música podía conseguir que llegase a ser soberbia. Las bandas sonoras han sido imprescindibles en el desarrollo del cine como arte y espectáculo en el siglo XX y por supuesto, también ahora en el XXI. Desde las primeras películas, que incluían música en directo tocada por una orquesta en el propio cine, hasta las bandas sonoras actuales de John Williams o Hans Zimmer, hemos recorrido más de un siglo de música para el cine, que nos emocionaba, nos hacía llorar o nos ponía los pelos de punta. Esta es una breve historia de las bandas sonoras.